Con una combinación de carácter, experiencia y talento, la Selección Mexicana de Futbol volvió a levantar la Copa Oro, esta vez en la edición 2025
La Selección Mexicana de Futbol bajo la dirección técnica de Javier Aguirre volvió a levantar la copa oro, el conjunto tricolor se impuso 1-2 ante Estados Unidos en la gran final disputada en Houston, Texas, sumando así su décimo título en el torneo más importante de selecciones de la Concacaf.
El encuentro comenzó con dificultades para México, que recibió un gol apenas al minuto 4 gracias a un certero cabezazo de Chris Richards. Sin embargo, el equipo no perdió la calma, la respuesta llegó pasada la media hora de juego, cuando Raúl Jiménez aprovechó un espacio en el área para sacar un potente remate de zurda, imposible para el arquero estadounidense. El gol del delantero mexicano devolvió la igualdad al marcador y, sobre todo, la calma al equipo.
Con el empate, México recuperó la posesión y mostró mayor solidez en la media cancha, donde Edson Álvarez se consolidó como líder. Pese a algunos contragolpes peligrosos del rival, el tricolor cerró la primera mitad con la confianza de haber igualado el marcador.
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El descanso permitió ajustar detalles tácticos, y el equipo salió con más determinación para la segunda mitad, consciente de que la final se definiría por detalles y efectividad en las jugadas clave.

El momento que selló la victoria mexicana llegó al minuto 77, tras una jugada a balón parado que mostró el poderío del equipo en el juego aéreo. Un doble remate de cabeza terminó con la intervención de Edson Álvarez, quien empujó el balón al fondo de la red.
Ese gol desató la euforia de los miles de aficionados presentes en el NRG Stadium de Houston, que hicieron sentir el apoyo incondicional al combinado nacional. Con el marcador 1-2, México gestionó los últimos minutos con inteligencia para asegurar el campeonato.
Estados Unidos intentó reaccionar, pero la defensa tricolor resistió de manera efectiva, cerrando cualquier posibilidad de empate. Al pitido final, jugadores y cuerpo técnico celebraron sobre el césped el logro que confirma a México como el máximo ganador de la historia de la Copa Oro.
La victoria tuvo un sabor especial por las dificultades superadas en el camino y por el protagonismo de jugadores referentes como Jiménez y Álvarez, quienes se consolidaron como líderes dentro y fuera de la cancha.
Para la afición mexicana, el título representa mucho más que una medalla; simboliza la confianza recuperada en un proceso que apenas suma un año desde que Javier Aguirre regresó a dirigir al combinado nacional. Su apuesta por futbolistas consolidados y jóvenes promesas rindió frutos en el momento más importante del torneo.