La turista Juliana Marins cayó tras resbalar de un volcán en Indonesia, duró días con vida pero el rescate era muy complicado
Después de cuatro días de intensa búsqueda, fue hallado sin vida el cuerpo de Juliana Marins, una joven turista brasileña de 26 años que cayó cerca del cráter del volcán Rinjani, en Indonesia. La tragedia ocurrió durante una excursión organizada en una de las rutas más demandantes del país, generando conmoción internacional y críticas hacia la logística de seguridad en este tipo de recorridos.
Juliana había emprendido la caminata con un grupo reducido cuando, según testimonios, pidió detenerse a descansar. En ese momento, el guía local habría decidido continuar sin ella. Su hermana Marianna, quien compartía la travesía, denunció que el acompañante regresó más tarde y encontró que la joven había desaparecido, posiblemente tras resbalar por un acantilado de casi 500 metros.
Drones utilizados en las primeras fases de búsqueda captaron imágenes de Juliana aún con vida, atrapada en una cornisa estrecha y moviéndose. Además, los equipos en tierra reportaron haber escuchado gritos. Sin embargo, la complejidad del terreno, las lluvias constantes, la niebla espesa y la inestabilidad de la arena volcánica frustraron varios intentos de rescate, según explicó el jefe del operativo, Muhammad Hariyadi.
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Las autoridades descartaron el uso de helicópteros por los altos riesgos, y aunque se sumaron dos escaladores expertos, el martes 24 de junio se confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida. El desenlace generó indignación en redes sociales, donde la familia Marins expresó su molestia por supuestas contradicciones en los reportes oficiales, incluido un comunicado erróneo que aseguraba que Juliana había sido rescatada con vida.
El Parque Nacional Gunung Rinjani es un destino popular para el ecoturismo, pero también una zona de alto riesgo por su actividad volcánica y sus rutas empinadas. El fallecimiento de Marins reabre el debate sobre la regulación y los protocolos de seguridad que deben seguir los operadores turísticos en este tipo de ascensos. Se trata de la tercera víctima mortal en la región desde 2022, lo que pone en foco la urgencia de reforzar medidas preventivas.
Mientras el gobierno brasileño se encarga de repatriar el cuerpo, las autoridades indonesias abrieron una investigación para esclarecer si hubo negligencia por parte del guía, quien es señalado por presunto abandono. La historia de Juliana no solo refleja el peligro de las expediciones mal gestionadas, sino también la fragilidad de los turistas frente a entornos extremos sin la protección adecuada.