La primera actriz María Sorté abrió su corazón sobre los hechos que casi le arrebatan a su hijo Omar García Harfuch, una pieza clave del Gobierno de México
A casi cinco años de los hechos que casi le arrebatan a su hijo, la actriz María Sorté rompió el silencio y compartió cómo vivió el 26 de junio de 2020, día en que intentaron terminar con la vida de Omar García Harfuch, entonces secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. La escena que paralizó a la capital también marcó un antes y un después en su vida personal.
En entrevista con Yordi Rosado, Sorté relató que estaba dormida cuando su hijo mayor entró a su habitación con un aviso urgente: “No te asustes, Omar está bien”. Sin entender del todo, buscó el control remoto para prender la televisión, pero su hijo se lo impidió. En ese momento, aún sin imágenes, ya sabía que algo muy grave estaba ocurriendo.
La noticia pronto invadió todos los medios: una emboscada a plena luz del día, más de 400 impactos y tres personas sin vida como saldo. A pesar del caos, lo que tranquilizó a la actriz fue escuchar la voz de su hijo. Harfuch, aunque lesionado, logró comunicarse por teléfono para relatar lo sucedido y pedir refuerzos.
“Eso fue lo que me dio tranquilidad”, confesó Sorté, con la emoción aún presente en su rostro. Saber que estaba vivo, hablando y consciente, fue lo que evitó que el pánico se apoderara de ella por completo.
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La situación, atribuida a uno de los cárteles más peligrosos del país, no solo buscó eliminar a un alto mando de seguridad, también envió un mensaje claro sobre la capacidad del crimen organizado. María Sorté, desde su papel de madre, vivió en carne propia el costo de todo esto.

“Él venía de copiloto. Cuando le dice a su chofer ‘Rafa, échate para atrás’, él no pudo. Omar se cruzó”, recordó la actriz. Esos segundos de reacción marcaron la diferencia, pues Harfuch respondió a los hechos con la misma preparación que lo ha caracterizado como funcionario.
La camioneta recibió más de 400 impactos. Fallecieron dos escoltas y una mujer que pasaba por la zona, hecho que María lamenta profundamente. “Esa señora que pasaba ahí, ¿qué tenía que ver ella?”, se preguntó, visiblemente conmovida.
Para ella, el dolor es compartido, no solo como madre, sino como mexicana. “Imagínate ver a sus compañeros sin vida, amigos de él”, dijo con una mezcla de tristeza e impotencia que aún no logra borrar.