La temporada 2024-2025 de la NBA concluyó con un capítulo épico e inolvidable: los Oklahoma City Thunder se coronaron campeones tras imponerse 103-91 a los Indiana Pacers en el séptimo y definitivo juego de las Finales.
Este título de Oklahoma, celebrado en un ensordecedor Paycom Center, representa el primer campeonato para la franquicia bajo el nombre de Thunder y el segundo en su historia, si se cuenta el trofeo ganado como Seattle SuperSonics en 1979. Con una serie marcada por el drama y la intensidad, los dirigidos por Mark Daigneault completaron su majestuosa temporada con broche de oro.
La ruta al campeonato fue impecable: líderes del Oeste con un impresionante récord de 68-14, los Thunder dejaron en el camino a los Memphis Grizzlies, Denver Nuggets y Minnesota Timberwolves antes de enfrentarse a unos aguerridos Pacers. En las Finales, el conjunto de Rick Carlisle forzó un séptimo juego con actuaciones memorables y un juego ultraofensivo que rozó lo milagroso. Sin embargo, en la noche decisiva, la defensa de Oklahoma y el liderazgo de Shai Gilgeous-Alexander marcaron la diferencia.
Shai, MVP de la temporada regular, volvió a brillar con 29 puntos, 12 asistencias y 5 rebotes, y fue nombrado también MVP de las Finales. A su lado, Jalen Williams (20 puntos) y Chet Holmgren (18 puntos, 8 rebotes y 5 tapones) completaron una actuación redonda del “Big Three”. La defensa, uno de los pilares del éxito de los Thunder, fue asfixiante: forzaron 23 pérdidas, lograron 14 robos y colocaron 8 tapones. Su rendimiento colectivo los coloca ya como uno de los equipos más sólidos y prometedores de la próxima década.
La victoria también consagra el trabajo silencioso pero visionario de Sam Presti, el arquitecto de esta joven plantilla y maestro del draft. Con múltiples selecciones futuras aún en su poder y un núcleo en plena ebullición, Oklahoma City parece estar en el inicio de una nueva era dorada. Jugadores como Lu Dort, Alex Caruso, Isaiah Hartenstein, Aaron Wiggins y Cason Wallace aportaron experiencia y profundidad en momentos clave de una postemporada en la que el equipo mostró madurez más allá de su juventud.
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Por su parte, los Indiana Pacers vivieron una montaña rusa emocional que culminó en el drama más cruel. Su figura principal, Tyrese Haliburton, cayó lesionado en el primer cuarto tras iniciar con tres triples, encendiendo a los suyos y silenciando momentáneamente el recinto rival. La caída, aparentemente por una grave lesión en el gemelo derecho, dejó una imagen estremecedora: el base, entre lágrimas, fue retirado del juego mientras era ovacionado por el público rival.

A pesar del golpe emocional, Indiana luchó con honor. Jugadores como Bennedict Mathurin (24 puntos, 13 rebotes), Pascal Siakam y T.J. McConnell (ambos con 16 puntos) mantuvieron con vida al equipo hasta el tercer cuarto. Pero fue ahí donde Oklahoma encendió el turbo: un parcial de 34-20 selló prácticamente el destino de las Finales. El esfuerzo de los Pacers, aunque heroico, no fue suficiente ante la contundencia de los Thunder.Oklahoma City Thunder conquista la NBA 2025: una hazaña histórica con sabor a dinastíaA pesar del golpe emocional, Indiana luchó con honor. Jugadores como Bennedict Mathurin (24 puntos, 13 rebotes), Pascal Siakam y T.J. McConnell (ambos con 16 puntos) mantuvieron con vida al equipo hasta el tercer cuarto. Pero fue ahí donde Oklahoma encendió el turbo: un parcial de 34-20 selló prácticamente el destino de las Finales. El esfuerzo de los Pacers, aunque heroico, no fue suficiente ante la contundencia de los Thunder.
El ambiente en el Paycom Center fue espectacular, con aficionados que no dejaron de alentar ni un segundo, acompañados incluso por seguidores de Indiana que viajaron para ser parte de la historia. El séptimo partido de las Finales —el primero desde 2016— fue el cierre perfecto para una campaña que ha dejado un legado de emociones, revelaciones y grandes historias por contar. La NBA vivió una serie final de altísimo nivel, con dos equipos que ofrecieron espectáculo y pasión de principio a fin.
Indiana, a pesar de la derrota, se marcha con la frente en alto. Su estilo valiente, su resiliencia ante las adversidades y su conexión con los aficionados le aseguraron un lugar en la memoria colectiva del baloncesto. Haliburton, si su recuperación lo permite, volverá como el estandarte de un equipo que desafió todas las expectativas. Los Pacers no ganaron el título, pero ganaron respeto y admiración en todo el mundo.
Con su segundo trofeo en la historia y el primero como Oklahoma City Thunder, la franquicia da un paso firme hacia el futuro. El título de 2025 no solo premia el presente, sino que abre la puerta a una posible dinastía liderada por un grupo joven, talentoso y con una identidad clara. La NBA tiene un nuevo campeón, y quizás, un nuevo rey por muchos años más.