La histórica rivalidad entre Israel e Irán alcanza un nuevo punto crítico con ataques directos y temor a guerra. Conoce su origen y qué la ha llevado hasta este momento clave
La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico tras la ofensiva lanzada por Israel contra instalaciones militares en Irán este 13 de junio. Bajo el nombre de “Operación León Naciente”, el ejército israelí se fue contra objetivos estratégicos, incluyendo plantas nucleares. Por su parte, Teherán respondió activamente hacia territorio israelí. Esta escalada sin precedentes marca un nuevo capítulo en una enemistad que lleva más de cuatro décadas en desarrollo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó la ofensiva asegurando que Irán representa es un peligro para Israel, especialmente por su programa nuclear. Desde Teherán, el canciller Abbas Araghchi calificó estas acciones como una “declaración de guerra”, y advirtió sobre una respuesta “aplastante”. Estos intercambios marcan la transición de una guerra encubierta a enfrentamientos abiertos entre dos potencias rivales.
Aunque hoy parecen enemigos irreconciliables, Israel e Irán mantuvieron relaciones cordiales durante décadas. Incluso, Irán fue el segundo país islámico en reconocer al Estado de Israel en 1948. Todo cambió en 1979, cuando la Revolución Islámica derrocó al sha y estableció un régimen teocrático liderado por el ayatolá Jomeini. Desde entonces, el nuevo gobierno iraní rompió relaciones diplomáticas, cedió la embajada israelí a la OLP y adoptó una postura abiertamente hostil hacia Israel.
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La causa palestina se convirtió en uno de los pilares ideológicos de la república islámica. En Teherán, las manifestaciones propalestinas con respaldo estatal se hicieron comunes, y el liderazgo iraní promovió una narrativa de “resistencia” contra Israel. Esta visión ayudó a forjar el llamado “eje de la resistencia”, una red de aliados de Irán en la región, como Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza, y los hutíes en Yemen.

Por su parte, Israel ha considerado al programa nuclear iraní como una amenaza que debe ser contenida. Desde la década de los 2000, los servicios de inteligencia israelíes habrían participado en operaciones como el ciberataque con el virus Stuxnet o “desaparecer” a científicos nucleares iraníes, según múltiples reportes internacionales. Irán, en tanto, ha sido acusado de financiar y apoyar a grupos que van contra objetivos israelíes en distintas partes del mundo.
La rivalidad entró en una nueva fase tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó más de mil fallecidos en Israel. Desde entonces, las hostilidades se han intensificado con combates directos entre Israel y grupos alineados con Irán. Pero fue el bombardeo israelí contra una sede diplomática iraní en Siria, en abril de 2024, el que precipitó el primer ataque aéreo directo de Irán contra territorio israelí.
Con la ofensiva del 13 de junio de 2025, el conflicto dejó de ser una “guerra en la sombra” y pasó a convertirse en una confrontación abierta. Analistas advierten que las consecuencias podrían ser devastadoras no solo para la región, sino para el equilibrio geopolítico global. Mientras ambos países afirman actuar en defensa propia, la comunidad internacional observa con creciente preocupación el rumbo de esta peligrosa rivalidad.