Detrás de la película que arrasa en Netflix hay una historia verdadera aún más perturbadora que la ficción
El estreno de La viuda negra en Netflix ha provocado una ola de reacciones entre los usuarios, no solo por su tono oscuro y directo, sino por estar basada en un caso real que estremeció a España. La película narra cómo le arrebataron la vida a Antonio Navarro Cerdán en Valencia, a manos del amante de su esposa, María Jesús Moreno, conocida como Maje, quien fue señalada como la mente detrás de los hechos. Lejos de lo que parece una simple trama de infidelidad, la historia encierra una red compleja de manipulaciones y engaño.
Esto ocurrió una mañana de agosto de 2017 en el barrio de Patraix. Antonio, ingeniero de profesión, se dirigía al trabajo, todo sucedió en el garaje de su edificio. Su esposa, Maje, adoptó el papel de viuda desconsolada ante la opinión pública, pero pronto las autoridades comenzaron a notar incongruencias en su relato. Su historial sentimental fue clave para descubrir un trasfondo que parecía sacado de una novela de suspenso.
La película protagonizada por Ivana Baquero simplifica algunos detalles, pero mantiene intacta la esencia: la frialdad de una mujer que utilizó sus relaciones amorosas para manipular y encubrir los hechos. Aunque el personaje de Antonio es renombrado como Arturo, el hilo conductor es el mismo: una mujer atrapada entre sus amantes, que planifica el fallecimiento de su esposo por conveniencia económica.
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El principal cómplice fue Salvador Rodrigo Lapiedra, un enfermero 20 años mayor que Maje, casado y con una hija. Según testificó, Maje le había dicho que sufría maltrato psicológico y que deseaba librarse de su marido. Durante un almuerzo en la casa de campo de Salvador, ella le planteó arrebatarle la vida a Antonio. Fue entonces cuando comenzaron a planear cada detalle, aprovechando la rutina conocida de la víctima.

Las pruebas reunidas por la policía confirmaron que Salvador no fue el único hombre a quien Maje intentó involucrar en sus planes. A otros amantes también les había dicho que Antonio era un hombre controlador y que la trataba mal, aunque nunca se probó ninguna agresión por parte del ingeniero. La motivación, según las autoridades, era quedarse con su herencia y pensión.
Salvador procedió con el plan mientras que Maje, por su parte, mantuvo la farsa. En el funeral, leyó una carta cargada de dramatismo que muchos calificaron como conmovedora. Sin embargo, los investigadores ya tenían sospechas. En llamadas interceptadas más adelante, Maje le confesó a una amiga que se sentía “liberada” y ya cobraba la pensión de viudez.
La clave para cerrar el caso fue una serie de conversaciones entre Maje y Salvador, grabadas por la policía, donde discutían con una frialdad escalofriante. Aunque al principio Salvador se declaró único responsable, con el tiempo cambió su versión al descubrir que Maje había iniciado una relación con otro recluso mientras él estaba en prisión preventiva. Fue entonces cuando la incriminó directamente.
El juicio se llevó a cabo en 2020. Salvador fue condenado a 17 años de prisión, mientras que Maje recibió una sentencia más severa: 22 años. No obstante, la historia no terminó con el fallo judicial. Ya encarcelada en la prisión de Picassent, Maje inició una nueva relación con un recluso llamado David.
En 2023, Maje dio a luz a un hijo dentro del penal y fue trasladada a una unidad especial para madres en Alicante, donde podrá criar a su hijo hasta que cumpla tres años. Así, el caso que impactó a un país y ahora al mundo, gracias a Netflix, continúa sumando capítulos que parecen salidos de la ficción más retorcida. Sin embargo, como suele ocurrir en los relatos reales, la verdad supera con creces cualquier guión.